El mercado de los polipastos eléctricos está ganando protagonismo frente a los manuales, gracias a su eficiencia, seguridad, precisión y facilidad de integración con procesos industriales. Empresas que buscan optimizar sus operaciones los prefieren porque reducen la dependencia de la fuerza humana, mejoran la productividad y aumentan la seguridad.
Un dato real que confirma esta tendencia: en 2022 el mercado de polipastos eléctricos en América Latina estaba valorado en USD 1.1 mil millones, y se proyecta que crecerá hasta USD 1.7 mil millones para 2031, con un crecimiento anual compuesto del 5.9 % (6wresearch).
Además, marcas líderes como ABUS impulsan la innovación con polipastos de cadena que cubren capacidades desde 250 kg de cadena y guaya hasta 120 T, alcanzando velocidades de elevación de 20 m/min, lo que los hace ideales para sectores que demandan precisión y rapidez (abusgruas.es).
La evolución de los polipastos eléctricos también está alineada con la tecnología 4.0. Su capacidad para integrarse con sistemas de automatización, monitoreo remoto y sensores de seguridad avanzados les da un papel clave en las fábricas inteligentes. Esto significa menos tiempo de inactividad, mayor trazabilidad y procesos más sostenibles gracias a su bajo consumo energético.
En Colombia, Hansecol ha acompañado por más de 35 años la modernización industrial con soluciones en puentes grúa, polipastos y mantenimiento especializado, acercando lo mejor de la innovación internacional a las empresas locales. Con la incorporación de equipos eléctricos y automatizados, Hansecol fortalece la competitividad de sectores como logística, plásticos, construcción y manufactura.
Los polipastos eléctricos ya no son una alternativa, son la primera elección. Con marcas de confianza como ABUS y el respaldo de Hansecol, las empresas están listas para afrontar los retos de la productividad, la seguridad y la sostenibilidad en un mercado cada vez más competitivo.